Hoy quiero compartir contigo una preciosa experiencia que me ocurrió tratando a un chico con parálisis cerebral, vamos a llamarle José y voy a contaros la historia en tiempo presente, aunque ocurrió hace ya mucho tiempo.
José, tiene cerca de 30 años, y su mamá se pone en contacto conmigo para que su hijo reciba tratamiento de Reflexoterapia, El no puede moverse de su cama, así que decidimos que sea yo la que me traslade a su casa a darle la terapia. Sus pies son difíciles de trabajar, por la forma que ha ido adoptando su cuerpo, pero semana tras semana , ahí estábamos, José ofreciéndomelos, su madre haciendo el esfuerzo por su hijo, y yo tratando de ayudar y apoyar aquella situación a veces tan dolorosa. Un día recordándo lo que le ocurrió al creador de la Técnica Metamórfica, Pierre Saint John, pedí permiso a la mamá para practicarla en las manos, las manos de José estaban totalmente metidas hacia dentro, podríamos decir que estaban replegadas sobre sí mismas. Empecé a darle la terapia y de repente algo ocurrió que jamás se me borrará de la memoria, esa mano comenzó a desplegarse , como si empezase a amanecer, a mi me invadió la emoción, pero a su madre la invadió el miedo. Y fue ahi donde terminó mi historia con José, entiendo perfectamente el sentimiento de esa mujer, lo desconocido, sobretodo cuando ya lo has pasado realmente mal, aterra. Ella no quiso saber más, pero para mí , marcó un antes y un después en mi visión del poder de la Técnica Metamórfica y también una inmesa lección, cada uno tiene su proceso y lo importante es respetarlo y vivirlo desde el desapego ( reconocer, aceptar y dejar ser...)
sábado, 5 de enero de 2013
Suscribirse a:
Entradas (Atom)