LA REFLEXOLOGIA Y YO "una bonita historia de amor"

Y digo historia de amor porque realmente me enamoré de esta sencilla técnica que tanto me podía ayudar a lidiar con los problemas que el día a día me planteaba con mi hija afectada de autismo. La vida de Alicia y su realidad física es una continua lucha sin una respuesta concreta a sus problemas, nadie nos ha dado nunca una explicación o una razón de su enfermedad, es la gran desconocida de la discapacidad intelectual, pero esto mismo ocurre a nivel físico, salvo en las ocasiones donde se manifiestan síntomas claros, no sueles saber el por qué de su llanto o su malestar, es tan difícil, que te sientes impotente y en la mayoría de las ocasiones acudes a la química para intentar calmar a esa criatura que te pide ayuda. De repente llega a tí una herramienta en la que sólo con tus manos y tu respiración puedes hacer que ese llanto se detenga, puedes transmitir la seguridad, transmitir la sensación de que tú estás al mando y dominarás ese malestar de alguna forma. Que maravilla!, sería imposible no enamorarse de algo así. Cuando ves con la generosidad con que una niña como Alicia te da sus pies, confiando en tu ayuda, la rapidez con la que se quita sus calcetines al oir la palabra "reflexología", es porque algo mágico encierra esta terapia.
La Reflexología cambió mi vida, hay un antes y un después desde aquel primer curso de Carmen Benito. Al ver la reacción de mi hija comprendí que mi misión en esta vida, además de velar por su bienestar, era ayudar a otros padres en mis mismas circunstancias ,intentar que sus manos fuesen ese bálsamo reparador, esa ayuda que estos niños necesitan cuando la confusión y la desesperación de no saber que está pasando llega a su vida. Si yo lo podía hacer, todo el mundo podría, sólo necesitarían la intención y la confianza en esta sencilla pero increiblemente efectiva técnica.
Esta es una invitación a que lo intentes, pierdas el miedo y los prejuicios, tomes entre tus manos los pies de tu hijo y dejes que sea su propio cuerpo y el poder de autocuración que todos tenemos quien haga el resto. No dejará de ser un niño con discapacidad, pero podrás ayudarle en cosas tan sencillas pero tan importantes como que su sistema inmunologico o su aparato digestivo esten cumpliendo su función y haciendo un poco más fácil su vida y la tuya.